Montaña Cámara es Catedrática de Nutrición y Bromatología en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, directora del Grupo de Investigación UCM: ALIMNOVA-Nuevos alimentos: aspectos científicos, tecnológicos y sociales, miembro de la Fundación Sabor y Salud (2000- actualidad), miembro del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) 2017-2021 y Presidenta del mismo 219-2021, además de académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Farmacia, por la sección 5: Salud Pública, Alimentación y Medioambiente y codirectora Study Group: Food, Bioactives and Human Health, Real Colegio Complutense Harvard, Boston EEUU.
Montaña, ¿Por qué cree que es interesante la celebración de eventos como el II Congreso de Etiquetado Inteligente?
El contribuir a aumentar la cultura alimentaria de la población es de gran importancia. En este sentido, el reflexionar sobre iniciativas que pretendan facilitar el acceso a la información de los alimentos que están disponibles para el consumidor me parece de gran interés para todos los implicados desde los productores, distribuidores y consumidores.
¿Qué oportunidades ve en la colaboración entre la industria alimentaria y el ámbito científico en la mejora del etiquetado de alimentos y bebidas?
La colaboración entre todos los implicados mencionados anteriormente (productores, distribuidores y consumidores) es fundamental para que cualquier iniciativa de mejora del etiquetado tenga éxito. Con exigencia de transparencia y veracidad. El lenguaje utilizado debe ser comprensible para todos y la reflexión conjunta seguro hará mejorar tanto el sistema, los productos y lo más importante, facilitar el acceso a la información para los consumidores.
¿Qué avances recientes destacaría en el campo del etiquetado inteligente y su impacto en la salud pública?
La implementación del etiquetado digital mediante códigos QR es en sí mismo un gran avance pues permite complementar la información obligatoria del etiquetado frontal. Para muchos consumidores es un buen canal para saber más de los productos alimenticios y poder realizar elecciones más informadas. Creo que es pronto para poder hablar de impacto en la salud pública pues aún hay muchos consumidores que no prestan atención al etiquetado de los alimentos, y otros muchos no tienen habilidades digitales para hacer uso de estas herramientas. Esta última es una limitación importante de la que hay que ser conscientes.
¿Cuáles son las áreas clave de investigación que necesita explorar la ciencia de los alimentos para seguir avanzando en el desarrollo de etiquetado inteligente?
Los investigadores, la industria y las administraciones públicas debemos seguir trabajando en fomentar el interés por los alimentos y la cultura alimentaria. El realizar elecciones dietéticas adecuadas es clave para nuestra salud, además de tener muchas implicaciones sociales y económicas. Debemos ser conscientes de ello y aplicar este conocimiento en nuestra actividad diaria. Trabajar en mejorar la comunicación en todos los sentidos y explicar el significado de los términos y símbolos que nos encontramos en los alimentos creo tendrá un impacto muy positivo en la sociedad.
¿Qué valor cree que aportan las 6S del etiquetado inteligente en el sector agroalimentario?
Todos los aspectos recogidos en las 6S son relevantes no solo para el instrumento de etiquetado, sino lo más importante para el producto al que se aplica. Y estos deben ser lo primero seguros. El etiquetado, en cualquiera de sus formas debe ser satisfactorio, es decir cumplir con el objetivo propuesto. Para ello debe ser veraz, fácilmente comprensible, informativo y no valorativo. Y nos puede permitir informarnos de aspectos claves relativos a la sostenibilidad. Recordar que las elecciones de alimentos son importantes pues su conjunto es lo que forma la dieta y es esta combinación de alimentos (es decir de elecciones) a la que podemos atribuir el carácter de saludable.