Pedro Gallardo es agricultor y portavoz en la Comisión de Agricultura, Pesca y alimentación del Congreso de los Diputados. Este experto ha sido además presidente de ASAJA en Cádiz y vicepresidente de ASAJA Nacional y cuenta con una dilatada trayectoria durante 14 años en Bruselas como representante de los agricultores españoles en el marco comunitario.
● ¿Qué motiva el respaldo de la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación del Congreso de los Diputados al II Congreso de Etiquetado Inteligente?
Nuestra motivación es apoyar al sector en toda su cadena: desde la semilla hasta que el producto lo encontramos en los lineales. Este Congreso del Etiquetado Inteligente abarca cuestiones importantes que hay que plantearse durante todo ese proceso y, por ello, la presencia del Congreso de los Diputados en el mismo es importante.
Personalmente, ya asistí como agricultor y vicepresidente de la organización agraria europea Copa-Cogeca en el primer congreso de este tipo que se realizó. Ahora formo parte del Congreso de los Diputados, cuya función es proponer legislaciones que aborden cuestiones como la digitalización en la cadena agroalimentaria. Tenemos claro que el etiquetado inteligente es clave no solo para el futuro; también para el presente. Y es que todos los consumidores demandamos información, pero no solo a nivel nutricional; sino que cada vez con más frecuencia queremos saber qué hay detrás de un producto, si su producción ha sido respetuosa con el medio ambiente, cuestiones organolépticas, conocer sus orígenes, su proceso de producción, etc.
Evidentemente, con el etiquetado inteligente es mucho más fácil recoger todos estos datos, y la información es accesible a través de algo tan sencillo como un QR. Por eso opino que la representación institucional en este congreso es importante: queremos llevarnos esta experiencia al Congreso de los Diputados para ponerla en valor y fomentar de algún modo el apoyo a iniciativas como el II Congreso de Etiquetado Inteligente, para que tengan continuidad.
● En su opinión, ¿cree que el etiquetado inteligente puede ser un aliado para la consecución de los objetivos de la PAC?
Por supuesto. Al final la PAC tiene que poseer un factor fundamental: continuar abasteciendo de productos sanos y saludables a la población. Para eso nunca se puede olvidar, como ha ocurrido en los últimos años, apostar por una agricultura productiva y sostenible. En este sentido, la PAC puede ayudar dentro de sus objetivos, pero sin olvidar la productividad y la producción. Este etiquetado también sirve como una medida de apoyo para que el consumidor comprenda que esos fondos destinados a la Política Agraria Comunitaria también contribuyen a fomentar iniciativas como el etiquetado inteligente.
● ¿Están trabajando las autoridades locales y regionales en colaboración con el gobierno central para promover la digitalización y la adopción de sistemas de etiquetado inteligente en Andalucía? ¿Cómo puede ayudar esto a los agricultores?
Desde la Junta de Andalucía ya se está trabajando la digitalización, que es uno de los enfoques por lo que apuesta el gobierno actual. La digitalización, ligada a la simplificación, va a ayudar al productor en su proceso, y al consumidor a entender qué está consumiendo. Muchas veces éste quiere saber qué historia hay detrás de un producto, cuáles son sus orígenes. Desde la Junta de Andalucía esto se está abordando, en este Congreso hemos podido contar con diferentes autoridades en materia agrícola de la propia Consejería, si bien personalmente considero que hace falta una mayor implicación por parte de otras administraciones, como la Unión Europea o el gobierno central. En general, hace falta más apoyos de fuera.
● ¿Cree que el etiquetado inteligente puede favorecer la generación de riqueza y el desarrollo del campo andaluz? ¿Por qué?
Evidentemente, el etiquetado inteligente puede favorecer la generación de riqueza y el desarrollo del campo andaluz. Con este recurso conseguimos transparencia, trazabilidad, sostenibilidad, etc. Los agricultores lo decimos también: “puertas abiertas al campo”. La digitalización es una ventana para asomarnos y ver cuánto hemos avanzado, lo bien que se le da producir al campo andaluz, y todo esto favorece la riqueza en el campo
En este sentido, quisiera agradecer a la Junta de Andalucía y a la Consejería de Agricultura su apuesta firme y decidida por estas cuestiones y por la generación de esta riqueza, porque se está dotando al campo de ayudas y recursos para que de alguna forma se contemple el apoyo joven, renovación de maquinaria, digitalización, innovación, sistemas más eficientes de regadío… al final, todos los recursos repercuten en el producto y generan riqueza y economía, especialmente en el ámbito rural.
● Como descendiente de familia agricultora, ¿Qué preocupa a este sector?
Como descendiente de familia agricultora y como empresario agrícola me preocupa el desapego de la Comisión Europea con la agricultura, donde a ésta se la ha estigmatizado con políticas medioambientalistas que no favorecen en nada a la producción. Y tras 14 años en Bruselas me parece muy preocupante el papel poco relevante y poco representativo que ha asumido nuestro Gobierno en materias agrícolas.
Después, considero que hemos tenido representantes europeos que no han ayudado, sino entorpecido la labor de las explotaciones agrícolas creando un Pacto Verde europeo, impulsado por el socialista neerlandés Timmermans cuyo diseño era muy lesivo para la actividad agropecuaria productiva, tal y como estaba redactado, para la agricultura europea. No se ha realizado un estudio de impacto y, por tanto, hay que rechazarlo y repensarlo de la mano de los territorios implicados, de los ganaderos, agricultores, cooperativas y otros representantes de la cadena productiva de los alimentos y bebidas.
En definitiva, pienso que tenemos que abogar por una representación europea que apoye la agricultura sostenible, pero productiva. Además de esto, en España nos preocupan las inspecciones y la seguridad alimentaria.
Hay que dotar de recursos para que se cumplan los principios de reciprocidad: que todos los alimentos que entran a nuestro país lo hagan con los mismos principios y estándares con los que salen los nuestros, que todos cumplan los mismos reglamentos y no entremos en cuestiones como la competencia desleal, que de alguna forma va en contra de nuestro tejido productivo. Todos estos retos al final influyen en los precios y a la economía de los ganaderos y agricultores.
Es importante escuchar a los eslabones de la cadena alimentaria, recoger sus demandas y preocupaciones para que todo salga mejor. El sector está en la calle porque no se le están ofreciendo medidas concretas para abordar su situación.
● ¿Cómo la implementación de sistemas de etiquetado inteligente y la digitalización en la industria alimentaria pueden contribuir a mitigar el cambio climático y promover prácticas más sostenibles en la producción, distribución y consumo de alimentos?
Pues sí, por supuesto, con la implementación del etiquetado inteligente creo que se puede mitigar o contribuir a mitigar en parte el cambio climático y, por supuesto, también promover prácticas más sostenibles de la producción en toda la cadena.
Estoy convencido de que este recurso va a ayudar, y que se convertirá en una de las herramientas del futuro. Por este motivo, hay que apostar por el etiquetado inteligente: porque es innovación y una gran parte de las necesidades que demandan los consumidores.
También, por otro lado, pienso que puede ayudar también a mitigar el cambio climático. Por ejemplo, si quiero saber que una fruta se ha producido aquí en España con cercanía, con una mínima huella de carbono, puedo comprobarlo y tomar una decisión de compra consciente frente a otra fruta haya venido de lejos y haya tenido que ser transportada a lo largo de muchos miles de kilómetros por medios poco sostenibles. Evidentemente, como consumidor elegiré aquellos productos más de cercanía, pues de alguna forma estoy contaminando menos. Estoy haciendo que esa huella de carbono sea la menor posible y al mismo tiempo, poniendo mi granito de arena para mitigar el cambio climático.